INSTRUMENTACIÓN ANATÓMICA
Desde comienzos del siglo XXI son muchos los sistemas de instrumentación que se han ido introduciendo. Las casas comerciales han evolucionado con la idea de "ganar el mercado". Desde la introducción en 2001 del sistema Protaper clásico, muchos cambios se han producido en los instrumentos: cambios en la conicidad dentro de la misma lima; cambios en la sección para favorecer la flexibilidad; cambios en la aleación para combinar seguridad y eficacia; cambios en el movimiento (alternante ó continuo).
Todos estos cambios suponen para el clínico general un mar de dudas. ¿Qué instrumento debo comprar? ¿Cuál será más efectivo? ¿Es seguro? ¿Es fácil de utilizar? ¿Limpiará bien? ¿Es económico? ¿Respeta la dentina? Todas estas preguntas las hemos recopilado de distintos dentistas generales con mayor o menor experiencia en la endodoncia, y que nos ha servido para realizar esta entrada en el blog, que a su vez corresponde con parte de la presentación que vamos a realizar en el Simposium de Endodoncia el próximo 31 de Enero en el Colegio de Odontólogos.
Por supuesto que el instrumento, o la lima no es lo más importante, pero trataremos de dar respuesta a todas las preguntas anteriormente formuladas. Nunca debemos olvidar que el fin último del tratamiento de conductos debe ser reducir al máximo el número de microorganismos presentes, y con ello evitar o curar la periodontitis apical. Esto no sólo se consigue con la instrumentación mecánica, sino que es necesario combinar el empleo de soluciones irrigantes y técnicas de activación (la irrigación será motivo de otro enlace al blog próximamente).
¿Qué instrumento me debo comprar? Normalmente en la clínica de endodoncia exclusiva tenemos acceso a distintas marcas y a distintos tipos de limas: limas para realizar glidepath (o vía de deslizamiento); limas con movimiento alternante, limas para retratamiento o limas de gran calibre. Sin embargo, el clínico general o aquel dentista que realiza endodoncias en varios centros necesita simplificar, y tener uno o máximo dos sistemas que puedan cubrir el 100% de los casos.
Antes de dar respuesta, y "mojarnos" en cuál sería el sistema más acorde, comentaros que la pelea de las casas comerciales por introducir nuevos instrumentos cada año, nos ha favorecido y mucho. Principalmente los instrumentos han evolucionado, fabricándose limas rotatorias más flexibles, pero que a su vez soportan una carga torsional similar a los demás instrumentos. Es decir, no sólo es el binomio seguridad y eficacia, sino que es importante la combinación corte y flexibilidad.
Por tanto la nueva generación, las llamamos "superinstrumentos". Características: facilidad de uso, simplicidad, durabilidad, corte, flexibilidad y lo que es más importante respeto por la dentina pericervical (PCD) al tener un mayor grosor en la parte coronal de la lima (MFD) reducido. Estos dos últimos términos están a la orden del día. La PCD se refiere a la dentina situada 4 mm por encima y 4 mm por debajo de la cresta ósea. Es una dentina crucial, responsable directa de la durabilidad de nuestro diente. Cuanto más PCD tenga el diente en cuestión, mayor tiempo de retención en boca.
¿Cómo el dentista puede ayudar a conseguir respetar la PCD? Pues como veremos en la conferencia, realizando aperturas que respeten la dentina coronal, y empleando instrumentos cuyo MFD no sea superior a 1 mm. Conocer los instrumentos o sistemas que empleamos es necesario para poder realizar tratamientos con garantías. Este es uno de los mayores consejos que podéis sacar en claro de este artículo. Saber la conicidad máxima, el MFD de nuestra lima de acabado, la conicidad en apical, su calibre....esto se traduce en conocer y saber porque en muchas ocasiones el instrumento a lo mejor no funciona como a uno le gustaría.
Saber destripar el sistema que vamos a emplear nos permitirá alargar la vida del mismo, respetar al máximo la PCD, favorecer el empleo de irrigantes, y sobretodo nos permitirá aplicar a cada conducto el o los instrumentos necesarios. Hay que huir del "tratamiento estético" (frase cortesía del Dr. Francisco de la Torre): no sólo podemos pretender conseguir nuestro objetivo de conformación, limpieza y sellado tridimensional... tenemos que ir más allá... Tenemos que analizar la radiografía preoperatoria y a partir del conducto elegir hasta que lima o qué sistema (en caso de manejar varios) vamos a emplear. "El conducto debe dar la forma a la lima" y no al revés. No deformemos la entrada de los conductos (mucho cuidado con el mal uso de las fresas o la mala elección del tamaño de las mismas); empleando más ultrasonidos conseguiremos respetar la dentina pericervical buscando los conductos con más seguridad y dirección. Cuidado a la hora de pincelar, huir de la exageración en casos innecesarios, y seleccionar instrumentos pequeños que favorezcan junto a agujas de irrigación de calibre reducido y sistemas de activación favorezcan la limpieza del sistema de conductos.